martes, 6 de abril de 2010

Morbo

Acabo de bajar a comprar tabaco y subo literalmente asqueado. Mientras me tomaba un agua, le he echado un vistazo al diario de turno, da igual el nombre, y lo más destacado, como casi siempre, el morbo de lo que le ha ocurrido a la niña de Seseña.
Se trata de una menor que presuntamente ha matado a otra menor. Desde luego es una lástima, y el crimen tiene visos de ser espeluznante, pero de verdad que no puedo entender como la prensa “cárnica” sigue ahondando en la herida y contando con pelos y señales las tendencias de la presunta homicida, consiguiendo que la imagen pueril de una niña, se transforme poco menos en la de Aníbal Lecter. He dejado de leer.
Voces airadas reclaman una revisión urgente de una ley del menor quizá demasiado garantista, e incluso he leído por ahí alusiones a temas xenófobos, al problema de las bandas, y de los múltiples enfrentamientos entre grupos “sociales” juveniles.
No es la sociedad actual, ni la juventud lo que más me preocupa, porque he visto cómo mi generación pasaba de no dar un palo al agua, a trabajar para mantener a una familia y de no tener ideales, a luchar por causas justas. A ellos, a los jóvenes de ahora, les llegará el momento y no dudo que lo sabrán aprovechar. Lo que verdaderamente me asusta, es el escarnio, la osadía y la falta de escrúpulos de quienes quieren vender periódicos a costa de lo que sea.
Matar a un semejante es un delito, y como tal, el responsable deberá asumir las consecuencias que le depare la justicia actual, buena ó mala, pero la que hay. De ahí a todo lo demás que se está escribiendo, hay un abismo que no genera sino odio, y el odio, es muy mal compañero de viaje.

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