viernes, 24 de septiembre de 2010

La huelga de ayer en la Ribera.

Salvo el más que aceptable tercero y el sexto,  que salieron como toros de "servicios mínimos", el resto del ganado de ayer estaba en huelga. Corazón de trapo, casta de plastilina, sangre de horchata, mansurrones, dormidos, sosos, flojos, sin codicia... es decir, una huelga  toruna en toda regla, con la aquiescencia de quienes aplauden los simulacros de suerte de varas que por desgracia han de hacerse para mantener en pie a los morlacos.
Me alegré de que el público se divirtiera con Fandila (me alegré por el público obviamente), pero al sexto no lo quiso, o no lo supo ver.
Lo demás filfa, salvo un pequeño detalle: En los pares de banderillas que se pusieron al primero de Diego se colocó al toro sin dar un solo capotazo. Diego y  Víctor saben lo que hacen, otra cosa es que tengan las dos porquerías que les tocaron ayer enfrente.
Madrid no se si nos dará o no, pero a la mínima, puede quitarnos, así que a comerse a los del Puerto.

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