En la vida a veces también se tiene que quedar uno quieto aunque se te pueda llevar por delante un tren, pero las consecuencias no son iguales cuando ese tren te puede arrancar la pierna y has de tomar la decisión de la quietud en décimas de segundo.
2 comentarios:
Me lo podías haber dicho el domingo antes de invitaros a comer y al gintonic de los toros.
Oye no conocía el blog, te acabo de enlazar, si quieres enlazarme soy http://terciodevaras.blogspot.es
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