Son épocas difíciles éstas para los tauroblogueros porque no hay un festejo celebrado en España que comentar, ni una noticia relacionada con nuestro mundo que no esté ya tratada por otros compañeros de diferentes bitàcoras. Por ello voy a posar mi mirada en el sur, no en el peninsular, sino en el sur del sur taurino, esto es, en aquellos países que ahora celebran sus festejos, en los que se cuenta con los "figurones" españoles como màximo atractivo en ferias de Ecuador, México, Colombia, etc.
No voy a entrar sino de refilón en el tema de lo que està ocurriendo con las corridas de toros en determinadas ferias de Ecuador o Colombia, ya que quiero centrar mi comentario en el valor que para los aficionados españoles tienen esos triunfos apoteósicos logrados por nuestros toreros en aquellas plazas.
En esta ocasión intentaré abstenerme de emitir un juicio de valor dado que de las ferias americanas no conozco sino lo que leo y lo que veo a través de internet.
Si que me da la sensación de que el nivel de exigencia en cuanto a la presentación de los astados se respeta de ciento en viento y en escasos festejos, si bien desconozco el dato relativo a la existencia o no de toros con màs hechuras que los que veo, en el campo bravo latinoamericano.
Leo también en las redes sociales críticas importantes, sobre todo a nuestras figuras, por matar precisamente esos animales con tan poco trapío y estoy seguro de que las críticas no sólo parten de aquì, sino también de los propios aficionados de allí.
Me da la impresión de que América consiste para nuestros toreros top en una especie de premio, en unas vacaciones pagadas que te has merecido después de tantos malos tragos y duros compromisos a lo largo de la temporada, pero reconozco que el argumento falla por la base, esa base que he esgrimido en este blog en màs de una ocasión: todos los toros dan cornadas, y si no, a los hechos me remito, tanto en esta temporada como en temporadas pasadas y tanto a matadores de allí, como de aquí.
Una de las cosas que sí me van quedando claras estos días, es que Morante es Morante allí también y que a pesar de que se canten triunfos, indultos y demàs parabienes, la realidad es la que es y no la que nos quieren hacer ver, si bien es cierto, que tal y como están las cosas y lo enfermito que tenemos al paciente, prefiero leer a diario triunfos grandilocuentes aunque sean de los de mentirijillas, que fracasos que alejen a nuestros aficionados de allí, de sus propias plazas.
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