sábado, 31 de diciembre de 2022

Final del certamen de invierno de las Escuelas Taurinas de la CAM: gallos de pelea

 Ayer la Venta del Batán abría sus puertas para un acontecimiento importante, como era una final de escuelas taurinas. Un viernes a las once treinta, no impidió que los aficionados copasen las invitaciones para acceder a la cómoda placita de toros. Había ganas de toreo en los tendidos porque la sequía del invierno se hace larga.

Ver a los jóvenes que empiezan en esto, lo he escrito muchas veces, es para mí un privilegio. Es el desafío de intentar adivinar las gotitas de esencia en un aroma todavía sin pulir y de intuir quien llegará y quien quedará por el camino. No acierto mucho, porque los aspirantes cambian a medida que van madurando en su toreo y a veces quien te parece que sí, después es que no y viceversa. 

Hay quien se limita a pedir que "estén en novilleros" y hay quien les exige como si fuesen matadores de toros. Para mí lo importante es la actitud y sobre todo el concepto, ese matiz etéreo que cada uno de nosotros tiene asimilado a su manera y que en mi caso podríamos resumir como "aquel que han tenido los toreros de toda la vida".

Ganó, para mí con toda justicia, al alumno de la escuela de Valdemorillo, Curro Muñoz. No así para Mundotoro, quien afirma en su reseña que el mejor toreo lo hizo el alumno de la escuela del Juli, Sergio Rollón. Y es que, como he escrito antes, cada aficionado tiene su forma de ver el toreo y de valorar las virtudes o defectos de los actuantes.

Indicando previamente que los novillos fueron de Toros de la Plata y Sánchez Valverde, voy a hacer una breve reseña de cada interviniente, no para señalar defectos, que para eso están sus profesores, sino las virtudes que atesoran y que humildemente creo deben explotar para aspirar a ser matadores de toros.

ÁLVARO SERRANO






Le vi muchísimo carácter y muchas ganas de agradar tanto en sus quites como en banderillas. Posee un buen capote y ante un novillo bastante parado quizá por inicios exigentes en exceso, lo intentó todo, abusando un poquito de ese "toreo a la voz" que últimamente se está poniendo tan de moda.

CURRO MUÑOZ






Usa un capote, viejo, pequeño y de vueltas azules y la verdad es que, aunque no pudo estirarse con el novillo, le sopló una media de escándalo, que todavía no se me ha ido de la cabeza. Yo creo que el público "no se la cantó" por incredulidad, más que por otra cosa.

Con la muleta, aun teniendo sus altibajos y enganchones porque lógicamente les cuesta cogerle el "tempo" y la altura a los novillos, es muy puro tanto en el cite como en el final del muletazo, buscando siempre terminar donde más cuesta, detrás de la cadera. Sus pases de pecho, sobre todo con la izquierda, son de cartel de toros y su toreo al natural pasándose al animal muy cerca, emociona.

PEPE BURDIEL





Es el pequeño, pero más alto de la saga. Todavía muy nuevo en el toreo de capote, debe intentar no llevar el capotazo hecho y ajustar los tiempos en el lance. Le correspondió un novillo grandote, que no quería  medias alturas y que soltaba su cornada correspondiente cada vez que pasaba sin ir sometido en en la panza y no en los flecos de la muleta. Burdiel tiene valor a raudales, porque cobró de lo lindo y en repetidas ocasiones, pero eso no le impidió volver a ponerse sobre todo por ese pitón izquierdo que le llevó por la calle de la amargura. Por momentos pudo dominar al novillo con temple, dejando buenas sensaciones. Yo apostaría por él para el futuro.

LÓPEZ ORTEGA





Creo que intentó hasta una Ortizina en uno de sus quites. Se nota que es mexicano. Tiene un valor increíble y usa esa baza durante toda su actuación, yéndose incluso a recibir al novillo a portagayola. Tiene que pulir todavía la velocidad de sus muñecas tras el embroque, cosa que seguro irá mejorando. Con el tiempo, estoy seguro de que dará que hablar, como lo están haciendo a día de hoy toreros de su tierra como Valadez.

ADRIÁN SANTAMARÍA




    º

Se le ve todavía poco toreado, pero se atisba sobre todo, una buena colocación, queriendo hacer siempre las cosas bien.

SERGIO ROLLÓN


Viene de la escuela de El Juli, con ganas de comerse el mundo. Tiene andares de torero y cara de listo. Torea bien con el capote y en cuanto relaje esos brazos demasiado rígidos, encandilará al personal.

La mayor virtud que tuvo ayer fue el no tener prisa y el contagiar al novillo precisamente de eso mismo. Consiguió que todo fluyera con suavidad, con temple, muy despacio y con mucho compás, en una faena bien estructurada y con buenos remates. Creo que el jurado no se decantó por él porque ayer no tuvo la profundidad que consiguió su compañero.





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