lunes, 7 de octubre de 2024

Alberto Donaire: Dando la cara

Foto: Carmelo Bayo



Desde que apenas levantaba medio metro del suelo, ya quería ser torero y nos dejaba a todos boquiabiertos con su toreo de salón. De no haber tenido la suerte de tener los padres que tiene, seguro que más de uno hubiese querido hacer "negocio" con él. Son superdotados para el toreo de los que ya hemos tenido más de un ejemplo a lo largo de su historia, pero no dejan de ser niños y sobre todo, no dejan de ser personas. 

El sueño de Alberto pasaba por formarse en una escuela taurina y la elección final fue Valencia. Sus padres no lo dudaron y él ha sabido, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, refrendar la confianza que ellos le depositaron. Ahora es el alumno más destacado de la escuela y ya con caballos, va demostrando día a día que va a ser torero. 

Este sábado precisamente estuve con él y con su padre en la ganadería de Carlos Lumbreras. Está con mucha confianza y va sobrado con las becerras. Prueba cosas nuevas y vive en un constante aprendizaje, lo cual dice mucho y positivo de Alberto.

Ayer, mientras Las Ventas parecía un campo de fútbol con un encuentro de esos calificados de alto riesgo, mientras tres tíos se jugaban la vida y uno de ellos se llevó una cornada que ha salido en todos los papeles, un tipo modesto que sueña con ser matador de toros, también se llevó un tabaco gordo entrando a matar o morir a un novillo de Cortijo de la Sierra en el coso de la calle Xátiva. Me cuentan que le tocó el lote más duro y por las pocas imágenes que he podido ver, Alberto peleó como un león. Se llama vergüenza torera. Ya me contaron de su positivo paso por el Zapato de oro (un servidor estaba con drenaje pero no de cornada) y me consta que él sobre todo lo que busca es ser fiel a sí mismo y a su concepto, lo cual a lo mejor no sirve para ser torero porque esto está muy difícil, pero evidentemente, sirve para algo más importante: ser persona.

Leo en sus declaraciones que no hay ni un atisbo de desánimo, así que, es el momento de seguir confiando y de seguir luchando para conseguir llegar a esa meta que es el toreo. Esto es un bache en el camino y supongo, Dios no lo quiera, que llegarán más, pero estoy seguro de que la recompensa, merecerá la pena.

Eres un orgullo para nosotros.

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