sábado, 27 de marzo de 2010

Morir de pie


Mi jornada taurina de hoy se ha limitado a la lectura de algún blog, al programa tendido cero y a otro que dan en un canal de Castilla La Mancha donde han hecho una entrevista en profundidad al matador Juan Diego.

Me ha sorprendido enórmemente este torero con aires de romántico y cuidado vocabulario. Me sorprende como alguien que lleva tantos años como él en este mundo, que ha salido a hombros en Madrid y que ha cosechado triunfos importantes, casi no se vista de luces, y por la impresión que me ha dado a medida que avanzaba la entrevista, este año vaya a tener un poco más de lo mismo.

Pero lo que más me ha llamado la atención es que, después de tantos años, de tantas injusticias, de tantos manejos, de tantas desilusiones, siga hablando de su afición, de sus ganas, de sus proyectos, de su ambición por mejorar y lo haga con tanta gallardía y respeto. No sólo no se ha rendido, sino que sigue entrenando cada día, y tentando, y soñando con seguir siendo torero.

Me recuerda a alguien que tampoco tiró los trastos y que se enfrenta, posiblemente, al año más importante de su carrera, al cara ó cruz de un torero.

Sin duda, están hechos de otra pasta.

3 comentarios:

Angustias dijo...

Creo que son gente que nacen toreros, crecen toreros y mueren toreros.No dejan jamás de ser toreros, toreen o no.

En Barrera dijo...

Me admira ver a esos diestros que no ven un pitón y que a pesar de todo siguen luchando. Con tu artículo he recordado a un buen torero que también estuvo en el más absoluto ostracismo: Rafael Rubio “Rafaelillo”.

Un saludo.

L dijo...

muy bonita le entrada