martes, 28 de septiembre de 2010

Siempre hay dos versiones


Lo de la Quinta de ayer de la primera de feria de Arnedo no me gustó demasiado. Salieron tres y tres, es decir, tres con poquito trapío y tres señores novillos. Casta poca y alguno manso bravucón con muy malas intenciones.
Damián Castaño, quien disfrutó del mejor lote, anduvo bien en su sexto y mató al novillo de una buena estocada, obteniendo como premio una oreja y fuerte petición de la otra. Abucheo al presidente después del arrastre y palmas al mismo con posterioridad.
Yo le hubiese dado las dos orejas porque no es momento taurino de andarse con cicaterías y porque el chaval estuvo bien dentro de su estilo (que no es exquisito).
Yo no le hubiese dado las dos orejas porque el novillo metía tan bien la cabeza, que merecía más arte, más..., no sé como definirlo..., tal vez más profundidad, más espiritualidad a la hora de torearlo, pero eso sale de dentro y si dentro no está...., no se puede pedir más a quien no puede darlo.
Así que, en esta casilla yo firmo el empate entre presidente y público.
(De toda la tarde, lo mejor para mí, el saludo de capote a su primero de Thomas Duffau. Se le vieron muy buenas maneras).

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