jueves, 15 de septiembre de 2011

José Tomás y los afiladores de cuchillos


No soy Tomista, o sí, pero en cuanto a aquello que la palabra refiere de la filosofía escolástica (si bien procuro extraer el matiz cristiano del asunto). Soy del torero que torea, y José Tomás, le pese a quien le pese, torea. Ahora me van a decir que no es cierto, que José Tomás toreó, pero que ya no torea. No comparto el argumento aunque entiendo la argumentación. Pero, qué es ser torero?. En muchos blogs, en muchos libros y en muchas conferencias se ha tratado sobre ello y no voy ahora yo, pobre ignorante, a enmendarle la plana a nadie, pero si debiera definir el término torero, creo que se parecería bastante a cualquier foto de José Tomás, vestido de luces, o con pantalones vaqueros. Trasciende a los ruedos, es un mito viviente, y sí, su temporada es extraña, y hace años que no mata lo que mataba antaño, y qué?. Por qué es el torero que más cobra y por qué se lo pagan?, porque la gente cree que va a morir en la plaza?, por esnobismo?.., y qué?.
José Tomás no tiene que demostar nada a nadie. Tal vez no sea guapo y rico como Cristiano, sino sólo rico, inteligente y buen torero, y por eso los afiladores, los de la envidia, los iconoclastas, los marrulleros y los que se creen dueños de la verdad,  preparan sus armas para la temporada que viene, porque está claro, que no le van a pedonar ni una.

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