No he podido ver el reportaje de la revista, pero
al hilo de la portada que si he contemplado, y os podéis imaginar con cuanto
agrado, se me ha ocurrido "editarla" burdamente y hacer este pequeño
juego visual para ilustrar mi reflexión.
A Urdiales hace mucho que unos cuantos, cada vez
más por fortuna, lo descubrimos. Para nosotros no es nada nuevo pero si
enriquecedor y una gozada, ver de lo que es capaz como torero (dejemos a un
lado sus cotas personales que para mí las quisiera).
Cada vez que torea
las crónicas hacen referencia a su toreo puro, y después de una temporada
salpicada de toros sin posibilidades, en Bilbao cuajó para mí la tarde más
redonda, y digo la tarde, de cuantas se han celebrado en plazas de importancia
en los ruedos españoles. Antes, allá por los años de los espontáneos, el
titular de la revista hubiese sido el que veis en segundo lugar. Desconozco la
razón, bueno, la conozco de sobra y es obviamente el dinero, pero antaño esto
de los toros era más ilusionante y más altruista en el sentido de que si
alguien lo hacía requetebién, las empresas le llamaban a filas y pasaba a
torear para que el público pudiese admirar aquello que se forjó en una tarde de
inspiración. Ahora la prensa se vuelca literalmente, llueven felicitaciones por
facebook, por twitter y por teléfono, pero..., y los contratos??..., ayyy
"con la iglesia hemos topado Sancho": que si los carteles están
cerrados, que si es final de temporada.., que si en cuanto haya un hueco habrá
que ponerlo..., excusas de mal pagador. Un tío, un torero que hace lo que hizo
éste en Bilbao merece empresarios que estén a la altura, y si hay que programar
una extra en otoño en Madrid se programa y se arriesga y si hay que cambiar
carteles se cambian. Antaño nadie diría nada, al contrario, lo pedirían, en
cambio ahora..., puede que Diego toree esta temporada las mismas que iba a
torear antes del triunfo de Bilbao. La verdad es que a estas alturas de la
película no importa demasiado, porque lo hecho hecho está, porque lo vimos
muchos y cada vez son más, casi legión, los que siguen al torero y le dan
ánimos para que ese toreo clásico no termine porque es el que verdaderamente
llena.
Antes, vayamos a
épocas más remotas, a los figurones les hubiese faltado tiempo para decir: yo quiero medirme con "ese", cuando quiera y donde quiera.
Ahora, dejando a un lado las sinceras felicitaciones, nadie mueve un dedo por
arriesgar y por medirse con uno que podría ser más grande que ellos. Por qué?,
porque la tarta es la que es y que te quiten un trozo gusta poco si eres
goloso.
No comparto el criterio de quienes recuerdan a
determinadas empresas lo que se han perdido por no contratar al torero en
ciertas ocasiones. No es bueno hacer leña del árbol caído y el pasado pasado
está. El que tenía que hablar, ya ha hablado en el ruedo y ha expuesto sus
rotundos argumentos. Por ello esperemos que para sucesivas ocasiones, los
diseñadores de carteles de todo el orbe taurino se den cuenta de que pueden hacer buena taquilla
vendiendo algo diferente (curioso lo de vender algo diferente por ser puro),
estrujándose mínimamente el cerebro para darle al público, al que paga, aquello
que merece y que quiere ver en el ruedo, porque lo que está claro es que
ofrecer más de lo mismo no es el camino idóneo para que esto siga adelante.
2 comentarios:
I. J. del Pino:
Lo de Bilbao fue como para no olvidalo, pero al oír decir que fue su mejor tarde, no puedo evitar tener la sensación de que se minusvalora lo anterior, que sé de sobra que no es así, pues aparte de ser su ferviente admirador, también has sido implacable las tardes no tan triunfales, pero no lo puedo evitar.
A ver si recibe la justicia que merece.
Un saludo
Mal explicado por mi parte Enrique. Me refería a que en esta temporada, hemos visto pocas tardes, en general y refiriéndome a todos los toreros, tan importantes como la de bilbao, porque sencillamente, hemos visto muy pocos cornúpetas que ejerzan el papel de toro, ya sea bueno, malo o regular.
Saludos y gracias como siempre por pasarte.
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