viernes, 2 de noviembre de 2012

Urdiales, también por delantales.


Recuerdo aquella crónica de una tarde de Samueles en Madrid que escribió mi amigo Pablo y que tituló "Urdiales por Naturales". La muleta de Diego es poderosa, templada, larga, baja, artista, dominadora, sincera y firme. Pero hoy quiero escribir sobre su capote: Recibe por Verónicas con el gusto de la parte baja de Despeñaperros, quita por unas Chicuelinas que los clubs taurinos  le jalean con premios, y se adorna por delantales que remata con una media, la mejor media que he visto en toda la temporada, a un Victorino de esos buenos buenos que como de costumbre no le tocó en suerte en Bilbao, pero al que al menos le pudo hacer el quite.
El delantal hasta hace bien poco era un pase filigranero, sin profundidad alguna, pero Diego, del que otras fuentes estoy seguro que beben, lo ha adaptado a su toreo consiguiendo que sea un capotazo profundo, llevando al toro toreado, humillado, por bajo y metido en los vuelos. Que cómo se consigue?, pues si se lo preguntamos nos dirá que entrenándolo muchas horas, practicándolo en el campo y estudiando cada movimiento que hace que el toro vaya tan mecido y tan metido.
Creo que también se puede torear "de pico" con el capote. De hecho, todos conocemos nombres de toreros que son tenidos por buenos capoteros nada más que por su temple, dado que el astado generalmente suele pasar "por allá", sin ir toreado, sin ir metido y más bien por la periferia. Otros coletudos han conseguido hacer de la Chicuelina el arte de pasarse cerca el toro, cosa que está muy bien e impacta mucho en el público porque ahí te juegas la cornada, pero y la estética y el "tempo" del capotazo?. De verónicas sin retrasar la "pata" saben muy pocos y en cambio qué bien se le da la rebolera a todo el mundo. El capote puede ser la máxima expresión de la belleza y también puede ser el mayor de los engaños, casi más difícil de apreciar que en la muleta, porque ocurre todo más deprisa y porque a lo largo de una lidia como mucho podemos ver tres o cuatro verónicas, un par de medias y dos o tres chicuelinas.
Y qué ha conseguido Urdiales de capote?, para mi gusto y en mi sincera opinión, torear, "casi na", torear al nivel de unos poquitos privilegiados  que no pienso nombrar porque el protagonista de esta entrada es Diego Urdiales, el de los delantales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda foto!!!

Enrique Martín dijo...

Isidro:
Pues ya lo dices tú, Urdiales torea así, porque es un torero de verdad, lo mismo con la muleta, que con el capote. Hay muchos que solo enseñan el capote según pasa, pero él torea. Permíteme que me quede con esa forma de recibir al toro doblando la rodilla, echando mucho capote, para enganchar al toro y hacerle que lo siga, que se vuelva a buscarlo y que, en definitiva, se quede encelado en la tela. Vale, es nuestra debilidad, pero de momento no nos hace tener que pasar vergüenzas, todo lo contrario.
Un abrazo