sábado, 28 de septiembre de 2013

Arnedo. Zapato de oro 2013. Primera de abono: Ni si, ni no, ni bien, ni mal.

Ayer en el Arnedo Arena apenas ocurrió nada, y que no ocurra nada en una novillada es mal síntoma porque precísamente en este tipo de festejos es donde estamos acostumbrados a ver más ganas por parte de sus actuantes. Carriquiri trajo un encierro muy bien presentado aunque algo desigual, pero sin el motor de la casta del que hizo gala la temporada pasada. Los novillos iban y venían sin maldad, pero tambien sin entrega y sin fijeza. Por ello no era fácil estar bien con los astados, ya que brillar con poco material requiere temple, suavidad, ritmo y mayor determinación por parte de los novilleros. El público apenas si calentó, pero es que tampoco tuvo motivo. Antonio Lomelín  sacó algún muletazo suelto por el izquierdo a su primero y fue incapaz de dar a su manso cuarto el temple que requería. Daniel Crespo fue el que más me agradó dentro de lo poco que vimos, se le atisba buen capote y tal vez fue el que mejor entendió a sus novillos, flojo el segundo y con poca fijeza el quinto, pero sin dejar excesiva huella. David González, zapato de Plata de hace dos ediciones, contó con el mejor lote, un tercero suavón, que requería algo mas de distancia, pocas prisas, paciencia y caricias de muleta y un sexto un puntito más encastado que el resto de sus hermanos que se acabó merendando al novillero, quien estuvo más que desconfiado.

No hay comentarios: