martes, 17 de diciembre de 2013

Pasado, presente y futuro


No soy persona de muchedumbres y menos en fechas pre-navideñas si de Madrid hablamos. El otro día me di una vuelta por el centro y había tanta gente que terminé en la parada de Ventas por aquello de la querencia que tiene uno. Al día siguiente y haciendo tiempo para irme a comer con mis primos, me fui de buena mañana , no se muy bien el motivo, a la Venta del Batán. Estábamos a bajo cero y allí, salvo un montón de putas que viéndome cuarentoncillo y con cara de lerdo me ofrecían impúdicamente sus favores (previo pago), no había un alma.
La verja está abierta y los corrales están ya con  hierbas altas y signos evidentes de abandono. Dicen que aquello va a volver a funcionar y así lo espero porque como escaparate para niños y mayores de lo que es un toro,  creo que no habrá nada mejor en el orbe taurino.
Imaginé esos corrales llenos de animales, las tablillas con las ganaderías y a las familias yendo a ver el ganado, en un entorno limpio y cuidado, con el sol iluminando las capas de los astados y la verdad es que sentí pena de no haber nacido en Madrid porque a buen seguro alguien me hubiera llevado hasta allí cuando era un crío.
Pero ver ese entorno vacío también me hizo pensar en otros "sitios" donde el rito que tanto amamos tiene lugar. Pensé en una ganadería vacía y me vino a la memoria la de Mariano Cifuentes que tuvo que sacrificar sus coquillas de Encina Hermosa, un lugar muy bonito, pero que vacío de contenido tiene que dar más que lástima. Después pensé en Barcelona y en Illumbe, y en esas gradas que ahora se llenan para ver espectáculos de circo o partidos de Baloncesto y caí en la cuenta de que en esas plazas, al igual que ocurre en el Batán, ya no huele a toro, ni tan siquiera al desinfectante, creo que zotal, que se usa  para tener los corrales y toda la zona del patio de caballos más o menos en condiciones aceptables de higiene. También pensé en un futuro que yo no veo demasiado lejano en el que plazas como la Maestranza, Las Ventas, La Malagueta, La Misericordia ó Ronda, puedan quedar como "reservas" que se visitarán y en las que se explicará en qué consistía lo que fue nuestra pasión, por aquello de que ya no se darán corridas de toros.
Después de pensar en todo aquello y de ver que las putas seguían haciéndome señas desde la rotonda próxima a la entrada de la Venta, me metí en el coche y huí de los malos pensamientos.

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