domingo, 2 de febrero de 2014

Final del ll Bolsín Memorial Serranillo: Daniel Menes y dos locos bajitos.



Hasta hoy me había limitado a colgar fotos de los participantes del bolsín, sin comentario alguno y sin dar nombres por aquello de que los jurados han de hacer su trabajo con independencia de lo que lean o escuchen, ciñéndose únicamente a lo que ven. Vaya por delante que en las jornadas anteriores y en la de hoy, las decisiones tomadas eran coincidentes con las que yo hubiese adoptado (cosa que no se si es buena o mala).
 Las becerras no han ayudado, o sí lo han hecho pero para poder ver cómo se desenvuelven los chavales ante las dificultades,  ya que tal vez haya sido el día que más teclas que tocar han tenido, incluso ha habido que sacar una "sobrera" dado que la titular daba impresión de estar toreada.






Ha ganado, justamente, Dani Menes. Ha demostrado que la experiencia es un grado y que poco a poco va adquiriendo los conocimientos técnicos necesarios en cuanto a distancias, colocaciones y terrenos, como para recetar a los animales la medicina que requieren. No hemos tenido hoy la oportunidad de ver toda su personalidad  porque como digo la becerra requería el toreo que él le ha aplicado: más técnico que de sentimiento, dado que el animalito en cuanto veía hueco se venía por dentro y se llevaba todo lo que encontraba a su paso. Pero inicios de faena como el que ha hecho, suaves y toreando para la becerra dan muestra de lo mucho que Menes atesora mentalmente. Le espero en los tentaderos de Guarromán para que me demuestre qué tipo de torero quiere ser, porque éste es de los que pueden llegar.



Juan Carlos Berrocal, uno de los que durante las clasificatorias me ha dejando mejor sabor de boca, no ha hecho gala hoy de ese toreo vertical, de quietud y de templanza de días anteriores. Creo que le han podido los nervios ante  una vaca con muy pocas ganas de humillar, que requería muleta adelantada y diferentes terrenos y distancias. Pero reitero, me gusta su concepto y creo que tiene posibilidades de ser alguien en esto.


A esa misma vaca la ha entendido mucho mejor Carlos Aranda, segundo clasificado a la postre, quien sin atosigar al animal y adelantado la pañosa ha conseguido algunos muletazos notables, dentro como digo, de las limitadas características de la becerra. Me gusta su sobriedad y es otro aspirante a torero de los que ha destacado a lo largo de las eliminatorias.


Aarón Rodríguez, uno de los dos locos bajitos con que titulo esta entrada, me ha emocionado. Sí, literalmente me ha emocionado. Se ha llevado varias palizas y por su estatura diría yo que veía a la becerra como un buey de mil kilos. Pero lejos de asustarse, de afligirse, de rendirse o de acobardarse, cada vez se levantaba con más rabia, se ponía de frente y citaba con toda la verdad de la inocencia que tiene. Ha sido fantástico, no porque haya sido cogido tantas veces, sino porque he visto a un niño que quiere ser torero cueste lo que cueste, que quiere hacer las cosas bien y que tiene un concepto que en las eliminatorias anteriores me ha encantado. Desde el principio entrando en competencia capotera con Dani Menes con quien compartía la vaca, sabedor de que su compañero está más adelantado en el curso que él, pero no le ha importado y por ese coraje demostrado y por ese calvario particular que ha soportado como uno de los grandes, se ha llevado la ovación de la mañana. Cuando ha terminado el tentadero arrastraba un cabreo y una rabia encima que le estaban destrozando por dentro, porque además de todo, creo que ese muchacho no sabe mentir y con el gesto lo dice todo. No sé si llegará a ser torero, pero si llega, lo mismo a torero que a médico, o a frutero, os aseguro que va a ser de los buenos.



Carlos Ochoa, nuevamente ante una vaca que se venía por dentro si no la llevabas muy tocada y toreada, me ha demostrado que tiene un buen concepto, si bien y como ya apunto, las dificultades del animal no le han permitido estar todo lo firme que seguro él hubiese deseado.




Por último, el  otro loco bajito que ha apretado de lo lindo es Diego García, tercer clasificado, que a lo largo de las eliminatorias me había ya engatusado. Se coloca bien y tiene una naturalidad maravillosa sobre todo con la mano izquierda, con la que seguramente hoy habrá dejado el par de naturales más caros de toda la final. Es curioso como esa naturalidad toreando es la que cautiva, aunque tenga mucho por pulir como es lógico. A veces se le ve coger el palillo como el mango de una sartén, pero aún así tiene son, trazo  y compás el muletazo, sin olvidar además, que éste también le ha echado un par y se ha vuelto a poner como si tal cosa después de cobrar de lo lindo. 

Hay savia nueva..., vaya si la hay.

No hay comentarios: