Cayetana Fitz-James Stuart y Falcó, en los toros, con mantilla blanca / EFE ARCHIVO
No soy yo muy de prensa del corazón, ni tan siquiera, si me apuran, de la nobleza, pero en lo poco que me ha dado la noche para dormir he tenido un sueño curioso: Ayer en la Ribera estuvo el Faraón, su señora esposa y en mi sueño les acompañaba la difunta Cayetana de Alba. La verdad es que no me sorprendió su presencia por aquello de su amistad con Carmen Tello, pero sí que me dio por pensar, repito, en mi sueño, que si bien se me antojaba extraño ver a la Dama en un tendido de una plaza de provincias, tal vez ese glamour que muchas veces criticamos los que amamos esto, no le venga tan mal al desvalido mundo del toro.
El último mito que ha arrastrado masivamente a personajes "públicos" ha sido José Tomás y bien que presumimos de ello y lo usamos para reivindicar nuestra libertad, así que, puestos a soñar, soñemos que nuestras élites culturales, políticas y por qué no, sociales, vuelven a los tendidos de sombra, con su clavel sí, para que podamos criticarles el postureo cuando les veamos aparecer en el Hola y en el Diez Minutos si es que todavía existe esa revista, pero para que también podamos decir que el toreo vuelve a estar de moda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario