lunes, 19 de diciembre de 2016

Manet y Ponce




En días pasados se ha levantado una polvareda terrible en ese invento cada día más infernal llamado Twitter. Circula por ahí un vídeo en el que el Maestro Enrique Ponce, explica, incluso de modo gráfico, las bondades del uso del "pico" de la muleta. Las reacciones de los aficionados han sido duras, e incluso he visto que a través de su twitter de prensa se ha defendido frente a algunos de ellos con el típico "baja tú" y alguien se ha entretenido en recordarnos las similares declaraciones del Maestro José Miguel Arroyo sobre el uso  del final de la muleta, que curiosamente no parecen incomodar a nadie.

Eduard Manet fue un parisino de vida acomodada que vivió en la Francia impresionista que a mí me hubiera gustado mirar por el agujero de una cerradura. Hay quien para diferenciarlo de Monet dice que éste último pintaba paisajes y el primero, básicamente putas. Como pista, aunque muy simplificada, puede servir. 

El cuadro que estáis viendo se titula "El torero muerto" y entre las muchas peculiaridades que lo definen, la principal de ellas es que es medio cuadro. Sí, falta la otra mitad que está en New York, mientras que este torero muerto reside en Washington.

El motivo por el que el autor dividió el cuadro en dos mitades (no fue el único) es por la cantidad de críticas que recibió al exponerlo en en Salón de París allá por el año 1864 y no por la temática ya que en esa época toda aquella que girase en torno a lo español era muy bien recibida en tierras galas, sino por la extraña perspectiva, junto con un toro demasiado chico (lo tildaron literalmente de rata), unos subalternos que pululaban por allí, y la inexpresividad del cadáver del que dijeron que parecía una tosca figura de madera. Todo esto  hizo que Manet se agarrase un mosqueo de los buenos y dividiese el cuadro en dos. Os pongo aquí debajo una caricatura del cuadro para que veáis como se las gastaban los críticos.



Según lo que leamos, hay quien indica que el autor no había visto ni una  sola corrida de toros cuando pintó el cuadro y de ahí la desproporción existente, al no conocer el tamaño real de un toro. Existe otra teoría que leo en el libro "El arte del siglo XIX" de Rosemblum y Janson, en mi opinión (ignorante y personal) de mayor fundamento, que indica que este "desorden" es buscado a conciencia por Manet, quien renegaba de las teorías convencionales de que las partes formasen un todo, hasta tal punto que dividiendo el cuadro en dos, ambos tenían sentido. He llegado a leer por ahí que incluso el cuadro (entero) pudo ser un alegato antitaurino y la verdad, la propuesta no me ha convencido demasiado porque parece ser que cuando el pintor viaja a España, queda impactado por todo lo que supone una corrida de toros tal y como refleja este parrafito de una carta enviada a su amigo Baudelaire que os extraigo de una web llamada "encliclográfica":

"Un des plus beaux, des plus curieux, et des plus terribles spectacles que l’on puisse voir, c’est une corrida. J’espère, à mon retour, mettre sur la toile l’aspect brillant, papillotant et en même temps dramatique de la corrida à laquelle j’ai assisté.".

Queda claro por tanto, que un gran pintor, al menos como tal está reconocido, puede ser un incomprendido en su época. Yo personalmente pienso que el Maestro Enrique Ponce no expresa bien en esas declaraciones lo que realmente quiere decir (a lo mejor es que soy muy bueno) y que su pensamiento está más cerca de la concepción canónica del toreo de lo que nos imaginamos. Es más, de ser cierta su aseveración tendría que citar siempre con el pico de la muleta, cosa que no hace.

Yendo un poco más allá, este medio cuadro de Manet  también tiene varias teorías sobre la inspiración del autor, si bien la más extendida es que puede basarse en un cuadro atribuido a Velázquez, del que era gran admirador. Desconozco si las teorías de Ponce se basan en la tauromaquia de los viejos maestros, pero evidentemente y a estas alturas, nadie puede dudar de la solvencia de un figurón del toreo con tantos años de alternativa. 

Queda claro, al menos a mí me queda claro, que el arte es el arte, que la interpretación subjetiva que cada uno de nosotros hacemos del mismo, no es ni más ni menos válida que la que hacen los demás y que sí que hay algo que es común a todos y que yo denominaría "esencia", explicándola como ese algo que sugiere el Maestro de Chiva, cuando en el mismo vídeo, implícitamente indica que lo fundamental es pasarse al toro por la barriga.

En ocasiones los artistas lo manifiestan abiertamente: "no soy capaz de expresarlo con palabras" y creo que ésta es una de ellas. Es mejor que cada uno se deleite o abomine del cuadro y se deleite o abomine de una faena, que mil explicaciones técnicas sobre el fundamento de la misma. Entiendo lo que dice y lo que no dice Ponce, como también entiendo esa frase  que se cuelga como coletilla en determinadas faenas en las que se acusa a determinados toreros de "abuso" del pico. Para mí es un recurso, no una opción y mucho menos una norma, porque creo que no debemos obviar que el muletazo tiene un inicio, un nudo y un desenlace y sería chusco por nuestra parte dividirlo en dos o en tres trozos cuando en el arte de torear, hay elementos que por naturaleza no son divisibles. Pero insisto, el arte es arte y a cada cual le conmueven, o no, unos detalles u otros y de diferente manera.

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