miércoles, 1 de febrero de 2017

Diego Urdiales. ¿Un añito en el infierno?





Para mí es uno de los pocos que a día de hoy torean bien, o al menos, torean según yo entiendo el arte de torear. Con el máximo respeto, quien quiera manoletinas, pases cambiados, por la espalda y demás zarandajas, que no los busque en el toreo de Urdiales porque sencillamente, no los hay.
Dicen los que entienden que es bueno, pero que como buen torero chico, necesita toro grande. Dicen que su toreo necesita grises para brillar. Dicen que no se adapta a cualquier toro... dicen, dicen y no dejan de decir, que para eso vivimos en una sociedad libre, de momento y hasta que nos prohiban hablar de toros.
Me da pena que no lo podamos ver iniciar la temporada como los demás, pasando por Olivenza, Castellón... pero no porque su presencia sea o no imprescindible, sino porque me apetece verle torear y porque sé que a un número no determinado de aficionados que llegan a la plaza, les llenan las mismas cosas que a mí: ver cómo analiza las dificultades de un toro, cómo intenta limarlas haciéndolo mejor de lo que es y si se puede, a lucirse con él sin estridencias, con torería, sólo con torería, porque si hay algo que derrocha el arnedano aunque sea vestido de calle, es precisamente torería.
Comentan los aficionados más críticos que ya basta de retratos y Romeros , que después de la "alta traición" la situación vuelve por sus fueros y la independencia retoma su camino, y yo, que alguna vez he dudado de la conveniencia de determinadas "ideas", hace tiempo que sigo una máxima respecto a las mismas: cuando este hombre toma una decisión, siempre es por algo y ese algo siempre está muy meditado. Sus razones tiene para volver al camino difícil (como si en esto hubiese caminos fáciles), quizá no las que la gente cree, o sí, y sus razones tendrá cuando tome todas y cada una de sus decisiones a lo largo de la temporada. Que el año pasado no se cumplieron expectativas es evidente y supongo que ambas partes tendrán esa sensación y el cambio no conlleva necesariamente a que este año se vayan a cumplir, o sí, porque si hay alguien capaz de arreglar su temporada con una sola faena, es Urdiales, y a lo mejor, lo que hoy es gris, mañana es negro zaíno o colorao ojo de perdiz. 
Comienza un año de lucha, uno más porque esto no es nuevo y quien sabe, a lo mejor todos los que no embistieron el año pasado, embisten éste y Diego pasa nuevamente a formar parte de los primeros de la clase, y si no, pues un añito en el infierno, como aquel atlético de Madrid que hizo ese maravilloso spot con el Mono Burgos saliendo de una alcantarilla con cara de despistado.
Ojalá sea feliz toreando, con eso nos sobra a ambos.

5 comentarios:

Enrique Martín dijo...

Pues sí, las cosas no fueron cómo quizá se esperaba, esto puede pasar. Y no creo que el torero le eche la culpa a nadie, me da a mí, sin conocerlo, que no va por ahí. Quizá él mismo será el que tenga que pensarse las cosas, con calma y decidir para dónde tirar. Vale que igual los otros apoderados se pensaron que tenían un velocista y no se dieron cuenta de que era de medio fondo, o vicebersa. Eso da igual ya, lo que cuenta es lo que venga y ya digo, en eso, el dueño es el propio Urdiales. Que tenga mucha suerte.
Un abrazo

I. J. del Pino dijo...

Otro para tí, Enrique. Siempre esperaré y sé que tú también, a los que torean.

david dijo...

totalmente de acuedo pero como se tire un año en el infierno se le pasa el turron y aparte de torear grises tiene que torear cebadas con muchas complicaciones palhas escolar y necesita triunfar como agua de mayo en madrid la primera plaza del mundo en bilbao estamuy bien pero se acaba la temporada no es una critica a diego lo digo como lo siento pero que tambien lo pensamos muchos aficionados saludos

Jose de diego dijo...

Una persona que va con el corazon y el sentimiento por delante no le puede ir mal en la vida!

I. J. del Pino dijo...

Ole!