domingo, 12 de noviembre de 2017

Ganadería de D. José Escolar Gil: Siguiendo el camino.


Es alegre, familiar, afable, educado y muy hablador. No tiene ni un pelo de tonto y tampoco en la lengua. Se lamenta amargamente de lo mal que se pican esos toros que cría con el mismo cariño con el que trata a sus nietos, que ya andan enredando y aprendiendo por la finca.

José Escolar tuvo muy claro cuando  empezó en esto cómo y dónde quería llegar. Desde entonces huye de modas, de gustos de toreros ricos y cría un toro que interesa al aficionado, con una personalidad muy definida, no ya por sus orígenes, que por supuesto también, sino por ese acento tan marcado que siempre me ha llamado la atención en todos y cada uno de sus ejemplares: seriedad y exigencia de principio a fin de la lidia, sin concesiones a la galería.

Nos contaba una de sus hijas, que la filosofía del ganadero es clara y que la "toreabilidad" pretendida por tantos hoy en día, es una mera anécdota a la hora de seleccionar. Más de cuatrocientas vacas de vientre y un número exiguo de corridas no quiere decir sino que el proceso es duro y que al final, solo llegan los mejores de entre los mejores.

Ayer pudimos ver la camada  reservada para el 2018: Madrid, Pamplona, algunas plazas de Francia y Arnedo que también tiene hecha la reseña inicial de su novillada supongo que bajo la atenta mirada de ese gran veedor que es Alberto Encinas. También disfrutamos de las prometedoras hechuras de erales y utreros que se lidiarán en temporadas venideras.

En "Monte Valdetietar" también ha llovido poco y bien que lo nota el ganado y el ganadero, pero aún así la finca nos ofrece un aspecto engañoso de verdor, por lo que no es difíciil imaginar la abundancia de pasto que disfrutarán los animales en épocas más propicias. 

Os dejo unas fotos de la visita no sin antes agradecer a las buenas gentes de la Orson acogerme como uno de ellos y cómo no, a mí querida Covadonga.




































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