Vaya por delante que esto no va a ser una crónica, que no sé si voy a escribir sobre la feria más días, que no soy cronista y que no lo pretendo, porque para eso están los profesionales que lo hacen mucho mejor de lo que yo lo haría. Lo único que pretendo es dar unas cuantas pinceladas de mis sensaciones ayer en La Ribera.
Como bien saben los que acudieron y los que se quedaron en casa, en Logroño ayer cayó la mundial. Uno que cada día es más despistado, se dejó la ventanilla del coche abierta y se encontró el asiento como una sopa, así que se pueden imaginar cómo acabó mi trasero y no sólo esa parte tan poco digna, porque la lluvia venía mezclada con el viento y al final el paraguas me sirvió de bien poco.
Una vez que pude acceder a la plaza, me dirigí al bar al que voy siempre, el que está junto al patio de caballos en la parte baja. Durante el trayecto, me encontré con "la camilla" (hace unos cuantos años que está ahí) y me hice la misma pregunta, también de siempre ¿Qué leches hace una solitaria camilla en medio de un pasillo de la plaza? Supongo que si está, tendrá que estar ahí, pero por favor, cúbranla con un plástico o con algo para que no se llene de polvo por aquello de la asepsia necesaria en el traslado de un hipotético herido.
El bar de abajo estaba cerrado, desconozco la razón, pero supongo que habrá sido por un cambio en la concesión o vaya usted a saber. Menos mal que sólo me dejan beber agua y de agua ya venía sobrado de la calle, pero se me fastidió la tertulia con los colegas. Accedí al patio de caballos y lo primero que hice fue mirar ese maravilloso techo "movedizo" de la plaza. Estaba cerrado y no había goteras... "Bien por los Chopera", eso si, no crean que por el resto de dependencias no las había, porque yo vi un par de ellas.
Con la tarde que estaba, la entrada fue mejor de lo que esperaba. Depositar el peso del cartel en la figura de Borja Jiménez, no me parece suficiente atractivo para el gran público por muy buena temporada que lleve, de hecho los tres actuantes de ayer no la llevan mala. ¿Que por qué? Porque más allá de los aficionados y cuatro curiosos, a Borja no lo conoce ni el Tato, ya que desgraciadamente los medios escritos y audiovisuales, cada vez nos hablan menos (o nada) de toros y toreros.
La corrida de Zalduendo salió justita de todo y más de un toro no era apto para Logroño, pero he de decir que me sorprendió para bien que sacasen fondo después del tercio de banderillas, porque había alguno que sin tenerse en pie, se mantuvo y no gracias precisamente al mérito de su matador.
Me gustó Luque al natural en su primero (segundo de la tarde) y sobre todo me gustó su capacidad para "leer" los toros y su técnica, ya tan amplia que es capaz de recetar a cada animal el trato que requiere. Sólo un pero: a ese tipo de toro, según mi humilde opinión, no hay que comenzarle la faena en el tercio, hay que lucirlo ya en los medios porque en ese momento no sabes lo que va a durar (después duró una barbaridad) y como decía Chenel, lo que haya de ser, pronto y en la mano. Después Luque anduvo perfecto de terrenos: lo sacó a los medios y poco a poco iba yéndose a la raya del tercio para que el animal siguiese embistiendo tan bien como lo hizo durante toda la faena. Cuando terminó la parte seria y comenzaron las luquesinas fue cuando el público se puso en pie. Comprendo que es un mal necesario, pero me entristece que el aroma del toreo, del buen toreo al natural, no calase como debiera.
Hablando de público, seguimos sin protestar mayoritariamente la falta de trapío, aplaudiendo a picadores que no pican, silbando a los que pisan la raya aunque sea un centímetro en un simulacro de suerte de varas, porque lo de ayer fue un simulacro, en el que el toro no tiene ninguna gana de acudir al segundo puyazo y finalmente, seguimos criticando a un presidente que no concede la segunda oreja por una estocada bastante defectuosa. En fin, no sólo es el mal de la plaza de Logroño, sino de muchas otras, aunque eso no sea consuelo.
Borja ayer no me gustó. Necesita un toro con algo más de motor y necesita hacerse más torero. Todo llegará si tiene que llegar. Me explico: No se puede hacer el mismo inicio de faena a todos los toros, y no se puede "atacar", es decir, obligar a un toro a la primera de cambio, porque los toros se acaban y si "les crujes" desde el primer muletazo se pueden volver defensivos, por falta de casta, de fuerza o por ambas. Hay toros que requieren "su altura" en las dos-tres primeras series, para luego terminar entregándose y dándote su casta si es que la tienen y hay toros a los que no se les puede hacer todo con toques (más o menos bruscos) porque reaccionan mucho más violentamente que cuando les ofreces el vuelo de la muleta.
En cuanto a Perera, al que he dejado el último no por nada, sino porque tengo poco que escribir, indicar que un torero poderoso luce poco con este tipo de animal. Eso si, en líneas generales, lleva una buena temporada.
Y creo que esto es todo lo que tenía que escribir.
Hasta mañana, o no.