Recuerdo la primera vez que entré en los salones de La Mezquita, allí en ese pueblo de curioso nombre, Guarromán, donde las tapas que te sirven con la cerveza en cualquier bar, son tan grandes que después uno se va a cenar, ya cenado.
Las miradas recelosas de aquellos veteranos de la comisión y mi timidez innata, sólo me permitían oír, ver y callar. Los habitantes de la capital mundial del calzado son así, primero te escudriñan, casi te asustan y después, con el paso del tiempo, acaban por adoptarte como uno más. He de decir sin ningún rubor, que me siento querido allí y la verdad, la sensación es muy agradable.
El Club Taurino de Arnedo, de la mano del Consejo, cada año trabaja mejor estos tentaderos. Prueba de ello es que después de un lógico "bajón", cada vez la afluencia de aficionados atraídos por un fin de semana de convivencia "taurina" es mayor y los aspirantes deseosos de ser seleccionados para participar en las eliminatorias, son siempre innumerables, hasta el punto de que prácticamente todos los novilleros de entre los del pelotón de destacados, envían su curriculum con la esperanza de ser seleccionados.
Más allá de colores políticos, de los que me mantengo al margen, es obligado decir que tanto el actual Alcalde, como la Presidenta del Consejo, Chus, vienen año tras año a los tentaderos, intentando hacer las cosas bien, pulir defectos de ediciones anteriores y sobre todo, implicarse y aprender de toros. Esto último me agrada sobremanera porque posiblemente si antes no eran aficionados, que lo desconozco, sé que ahora lo son y que poco a poco van definiendo sus gustos taurinos, tan respetables como los de cualquier otro.
Uno de los que también se implica y por tanto hay que nombar aunque él no lo pretenda, es Ignacio Ríos, un empresario que está dedicando al Zapato muchas horas de su tiempo y que siempre está dispuesto a echar una mano en lo que se necesite, más allá de lo que estipula su contrato. Le tengo aprecio y creo que la mejor manera de definirlo es como un empresario honrado. Con eso ya está dicho todo.
No podemos obviar, por la importancia que tiene y satisfacción que produce, que por estas eliminatorias hayan pasado y pasarán aspirantes que después consiguen el milagro, porque es un milagro, de llegar a matadores de toros, e incluso a figuras del toreo. Alguno se nos ha escapado, eso seguro, porque de verdad que no es fácil intentar advinar lo que lleva dentro un aspirante limitándote a juzgar lo que ves en una sola actuación, pero no hay otra manera. Yo he visto novilleros sin caballos hacerlo muy bien en un bolsín y no tan bien en el siguiente, porque esto del toreo es así de difícil y porque depende de muchos factores. Quizá ahí esté el encanto.
Durante los dos días de tienta y ayudados por el matador de toros Sergio Serrano, los aspirantes han intentado demostrar todo su pontencial y si bien considero que en líneas generales el nivel no ha sido superlativo (opinión personal), sí que es cierto que creo que he visto a novilleros que pueden llegar. Sólo se clasifican tres, pero hay quien no habiendo sido seleccionado, nos ha mostrado una evolución, para bien, digna de tener en cuenta: Estoy pensando, en Alberto Donaire, a quien sigo desde que era un renacuajo y admiro su tesón y responsabilidad para con su objetivo. Más allá de pasar a la final o no, el camino es el bueno y todo llegará, porque como le dijo Juan Belmonte a un viejo torero amigo mío: "mimbres hay"
De los tres seleccionados como en otras ocasiones, os quiero hablar de sus virtudes, porque de sus defectos ya se encargan sus mentores:
- Samuel Navalón sabe lo que hace, tiene un buen capote y con la muleta se coloca muy bien. Tiene valor. Su vaca "picaba" para los adentros después del primer muletazo y él ni se inmutaba. Tan es así, que ni siquiera optó por el recurso lícito en este caso, de intentar el toreo un poco más en línea.
- Cristiano Torres huele a torero. Demostró una capacidad extraordinaria con una vaca que andaba con la cara alta y muy poca fijeza. Le cogió la altura y la distancia a las primeras de cambio e hizo que pareciera fácil y templado lo que era difícil. Posee ese plus que le da la posibilidad de practicar el toreo con pureza y también ejercerlo de modo más heterodoxo y llamativo para el público. Espero de él mucho más de lo primero porque sabe y puede, aunque haga su camino más lento.
- De Curro Muñoz sólo puedo decir que va a ser un privilegio que Arnedo lo pueda ver en su plaza. Capote pequeño y muy templado, con unas medias que te hacen soltar el olé, buen embroque, buenas maneras y sobre todo ese final de muletazo que nos hace sentir cosas en el estómago. Nada de concesiones a la galería, toreo del de siempre, del que escasea pero nos hace desplazarnos muchos kilómetros para verlo. Si en vez de echarse el capote a la espalda en su quite, le pega a la vaca tres verónicas y una media, le tiro la gorra al ruedo.
Las buenas fotos son de Alfonso Yustes, quien cada año me hace el favor de pasármelas.
Suerte a todos para la final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario