domingo, 17 de abril de 2011

Toros de concurso






Es una lástima que los predicadores toristas, los clavelistas y los pacotilleros amantes de la fiesta, acaben consiguiendo que espectáculos como el de ayer, dejen de ofrecerse por ausencia de almas, ó presencia masiva de cemento en el coso de Pignatelli. Como de costumbre, nutridos grupos de franceses nos dieron sopas con honda y se tragaron unos cuantos kilómetros para ver la concurso de Zaragoza, en cambio nosotros, los nacionales, preferimos calentar sofá y lamentarnos del mal momento de la fiesta. Ni Madrid, ni Barcelona están lejos de la capital del Ebro y creo, que lo mismo que un servidor, aficionado Logroñés, va a Mahoma, Mahoma, también debe ir a la montaña de vez en cuando, porque precisamente de vez en cuando, en otros lugares (que no sitios por aquello de no mencionar la jota) como Zaragoza, hay TOROS con mayúsculas.

Respecto a la corrida, a excepción del de Concha y Sierra, que bajó un poco el nivel, el resto, de presentación impecable y respecto a los toreros, tanto Castaño como Serranito, pasaron con mucha más pena que gloria y para colmo, no lucieron sus toros en varas, privándonos sobre todo de ver al de Juan Luis Fraile que hubiera sido un toro excelente.

Serafín Marín hizo las cosas bien, lució a sus toros y se ganó una oreja precisamente por eso. Me alegro por el torero, porque es de esos coletudos que a pesar de las adversidades sigue teniendo ganas, lo cual es más que loable.

Ganó el concurso el Santacolomeño de Felipe Bartolomé. Se arrancó cinco veces, si bien es cierto que las arrancadas no fueron de las de galope sino que se iba a cercando al caballo escalonadamente, pero metiendo los riñones con una bravura espectacular. Para mi gusto, el ganador en sus entradas al caballo fue el de Adelaida Rodríguez, que galopaba de lejos, sin empujar tanto en el peto, aunque lastimosamente el animal no aguantó y se desmoronó literalmente en la muleta.

Disfruté viendo torear a Romualdo Almodóvar, que a la postre se llevó el premio al mejor picador y una jaleada vuelta al ruedo en compañía de Serafín Marín.

No puedo dejar de hacer mención al de Joselito, espectacular de cuerna, que llegando a la muleta en unas condiciones magníficas para ser desorejado, se encontró delante con un incapaz vestido de luces.

En definitiva, tarde de las de recuerdo para el aficionado. Da gusto saber que siguen habiendo toros en el campo.

1 comentario:

UN CALIENTA SOFÁS dijo...

Bien picao maestro.