jueves, 19 de mayo de 2011

Juli, Castella, Manzanares y un servidor.

No, no he cambiado de profesión ni me ha entrado un ataque de valor repentino, pero antes de comenzar a leer opinones y a navegar por los ríos de tinta imaginaria que hoy ya estarán corriendo por la red sobre la corrida de ayer, quiero dar unas cuantas pinceladas personales sobre lo presenciado en el coso venteño:
Para empezar, el ganadero, Núñez del Cuvillo, no tenía dos corridas para Madrid, de hecho y vistos sus dos encierros, ni siquiera tenía una completa, así que él sabrá  (y los demás nos lo imaginamos) por qué ha pasado por esto sin tener necesidad.
Los sobreros de Ortigao Costa no valen un pimiento.
El Juli, que es mirado con lupa en Madrid, arrancó una oreja a su segundo bastante protestada. Bajó la mano un montón con la derecha y no se acopló con la izquierda porque el toro tampoco terminaba de pasar. Deslucieron algunas series los pisotones del toro a la muleta y rectifico lo dicho hace unas fechas en cuanto a su peculiar forma de matar, no ha cambiado nada y creo que debiera. Yo no le hubiera dado la oreja porque creo que puede más y no lo ví tan asentado y con tanto poder "técnico" como otras tardes y es que Madrid impone mucho.
Castella, pues qué quieren que les diga. Es que no me gusta demasiado y si encima le toca el lote peor, pues apaga y vámonos.
Manzanares..., pasemos directamente a la faena al sexto. Muchos altibajos, con muletazos buenos y otros no. Está en un gran momento, lo ve claro, tiene muchos recursos, improvisa de maravilla y ayer lo demostró. Por la faena no le hubiera dado dos orejas, pero por matar al toro recibiendo en el centro del ruedo si, por qué? porque hay que saber jugársela cuando procede y él lo hizo en el momento oportuno. Yo creo que sabía que si no hacía algo fuera de lo normal no tenía posibilidad alguna de puerta grande. Así que, el que no arriesga no gana y éste arriesgó y ganó, con lo cual no seré yo el que critique su éxito, si bien, y aunque se que las comparaciones son odiosas, me quedo con la puerta grande de Talavante sin lugar a dudas.
El presidente..., un toro con una vara nada más?. No se dio cuenta?. En fin...
Manuel Caballero no toreaba, pero estaba allí con el del bigotillo: Creo que alguien ha de decirle que un comentarista no puede ser un "forofo", no puede hablar de un espadazo cuando la estocada está caída, no puede ponerse a berrear jaleando un muletazo "pobre" y no puede dar grititos cada vez que un torero se pasa al toro cerca. Qué ocurre?, que no está acostumbrado?.

1 comentario:

Pablo García-Mancha dijo...

Muy bueno Monosabio; pero yo creo que las dos orejas son excesivas las mires por donde las mires. A pesar de la estocada