Conocí hace años, en un mundo completamente diferente a éste, a un joven fotógrafo que malvendía sus fotos y sus reportajes a una revista. Era bueno en su trabajo y finalmente, con el tiempo, acabó su periplo en un magnifico despacho como subdirector de la revista en cuestión. Diego Urdiales no tiene dueño, no es vasallo sino caballero con un sólo rey al que servir, pero ese rey de momento no tiene reino aunque tarde o temprano lo tendrá. Diego se obedece a si mismo, a su instinto, a su fe, a su confianza. Yo empecé conociendo a alguien cuyo toreo me gustaba y ahora estoy conociendo a un hombre que día a día me demuestra hasta que punto los vasallos nos equivocamos. Tiene los mejores amigos, las ideas claras y el valor suficiente para desarrollarlas, no sólo en los ruedos, sino en la vida. De ello quiero aprender y por ello, como él, me niego a ser censurado.
Así que aquí vuelvo para ser un freelance del blog a quien seguirán leyendo media docena de personas, pero contaré mi verdad, la que yo veo, y será para mayor gloria de Diego y de todo aquel que como él, me demuestre que es torero. Y publicaré mis fotos mediocres, como la de hoy, porque ese arcoiris que en esta tarde asomaba en la plaza de toros, merecía más justicia, lo reconozco.
6 comentarios:
Bienvenido de regreso. Te diré lo que decía el anuncio de un bar que estaba en uno de los viejos barrios de la Ciudad de México: "Aquí se está mejor que enfrente". Y es que al cruzar la calle, estaba una casa de pompas fúnebres... (Hoy en día ha tomado el aserto un restaurante del puerto de Tampico, que está frente a un cementerio http://www.janambre.com.mx/Turistam/?p=505).
Creo que lo mismo aplica para esta blogosfera, se está mejor "que enfrente"...
Saludos desde Aguascalientes, México
I.J. del Pino:
Lo que se te echaba de menos. Y la vuelta es para hablar de un torero. QUizás nos repitamos más que la cebolla, pero aún nos quedamos cortos. Y a pesar de todo lo que está pasando este torero, la dignidad y firmeza de convicciones que está demostrando es más que admirable. Con lo fácil que le hubiera resultado tirarse por la mentira. O quizás esto le sería imposible, porque para eso hay que valer y creo que en el toreo, Urdiales para lo único que no vale es para engañar. ¿No tenía sitio en Madrid en Otoño? A otro perro con ese hueso.
Un saludo y bienvenido.
Por fin has vuelto!!! Desde luego que Diego no es un vasallo, es un pedazo de torero, todavía me acuerdo de algunos muletazos de Bilbao.
Por cierto, la media docena de locos te habíamos extrañado.
Saludos.
Estimado Enrique, si yo te contara lo de otoño..., en fin. Quizá un día de estos a alguien le de por largar. Yo no soy el indicado.
Un abrazo
Amigo Xavier, he ido al enlace que me facilitas. Curiosa historia y si, creo que es mejor decir lo que uno quiere, que callar como los de enfrente. Un saludo.
Isa, un saludo y un monterazo para tí. Gracias por seguir leyendo.
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