Llevo meses esperando que alguien escriba sobre ella porque estoy convencido de que yo no voy a ser imparcial; de que me va a poder la pasión; de que la flecha de cupido va a obnubilar, más si cabe, el basto cuadrante de mi cerebro dedicado al "ars amandi" y de que no voy a ser capaz de ser un mero notario de aquello cuanto aconteció en La Bréde.
Quienes la vimos, sucumbimos a sus encantos, a su manera de llevar la segunda garrocha del picador, a su modo de ofrecérsela, a su sobriedad cerrando el portón de salida, a esa mirada eternamente enfadada.... . No era bella, no lo era, pero si raza pura: las uñas rojo pasión, el vaquero ceñido, el escote dejando ver únicamente un pequeño cebo irresistible a la imaginación, los ojos misteriosos, el pelo recogido..., profesional, muy profesional: ni una vaga sonrisa, ni una mueca, ni una sola concesión a la galería..., en definitiva: el brillante en bruto más cotizado del callejón.
Yo le robé una foto, y ella me robó el trozo de amor que celosamente guardo para estas ocasiones, ese que dura lo que una faena en la tarde de un verano al otro lado de los Pirineos.
3 comentarios:
Impresionado monosabio con tus amores corporativos, amores furtivos y velados de una tarde de toros en el centro de Europa.
Monosabio, es bueno, muy bueno, que el amor te siga obnubilando
Muy buen gusto, sí señor, y no puedo, ni debo, decir más.
Un saludo
UFF. POETRY IN MOTION.
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