viernes, 25 de mayo de 2012

Manual práctico para los aficionados de Nimes

Desde luego, el título del post suena pedante y más viniendo de alguien que lejos de ser maestro de nada, es un simple aficionado a esto del toro, entendiendo por tal a alguien con afición y no con los conocimientos necesarios para dar lecciones, porque del tema de ponerse delante de un astado, aguantar las embestidas y crear arte, sólo saben quienes les han mirado a los ojos de tú a tú, quienes han padecido la violencia de un animal indómito y quienes tarde tras tarde, con más o menos acierto, arriesgan su vida persiguiendo un ideal que ellos denominan "su concepto del toreo".
Sin embargo no puedo reprimir el escribir unos pequeños apuntes para quienes, como anteayer en Nimes, asistieron impávidos a una corrida de toros en la que un torero, lejos de estar a la defensiva y por debajo de sus oponentes, lo dio todo en cada uno de ellos y desarrolló en su segundo uno de los pilares fundamentales del toreo: El temple.
Es cierto que si vamos a ver una de Victorino queremos que el picante y las caracteríscas del encaste estén presentes en los animales, pero hay veces, muchas veces en las que esto no ocurre y no por ello debemos dejar de valorar lo que sucede en el ruedo ni desentendernos de la lidia.
Hay quien tilda a la Francia taurina de academicista, y aunque todas las generalizaciones son por naturaleza injustas, cierto es que el aficionado francés parece haber leído un libro que termina en el tercio de varas y en las reacciones típicas de los encastes.
Es fundamental "entrar" en las faenas de muleta en función de lo que ha venido haciendo el animal durante la lidia. Fijarse por qué lado pasa o no pasa, si humilla, si tiene recorrido, si se mete por algún pitón, si se aquerencia hacia un determinado lugar del ruedo... . Todo eso lo descubre el matador (todo lo que se puede porque siempre hay sorpresas inesperadas) desde que sale el toro hasta que coge la muleta. Si se fijan ustedes, señores aficionados franceses, el torero no le pierde la vista al toro en ningún momento, porque es así, estudiándolo, como después conseguirá desarrollar una faena acorde con las posibilidades y características del cornúpeta.
He visto el vídeo de Diego Urdiales toreando a su segundo Victorino anteayer en Nimes y resulta desesperante darse cuenta como a ustedes no les remueve por dentro un muletazo bien dado, con despaciosidad, con gusto, con profundidad, con torería, con buena colocación y con mucho esfuerzo.
Yo veía la pintura de Modigliani y no me decía gran cosa hasta que alguien me explicó quien fue, qué vida llevó y la razón de muchos de sus detalles pictóricos. Quizá ustedes debieran tener a alguien a su lado, alguien con el sentimiento necesario para apreciar el arte, que les contagiase los "olés", que les enseñase a separar el trigo de la paja. Porque los pases por la espalda, los circulares por detrás y todas esas cosas, están muy bien como recursos, pero hay toreros que no los utilizan porque no entran dentro de su concepto y no por ello dejan de torear bien, más al contrario, torean mucho mejor que aquellos que acuden a remedios prácticos para solventar sus carencias.
Y dadas estas pinceladas, les ruego que dejen de leer su libro sobre toros y que busquen en su interior una pasión que les conmueva como nos conmueve a nosotros toda la belleza de  un simple muletazo, aunque sea sólo uno.

1 comentario:

Juan Medina dijo...

Isidro:
Al menos parece que el periodista de la agencia France-Presse que presenció la corrida, dejó los libros a un lado y valoró justamente el toreo de Diego.

La nota que distribuyó AFP y que imagino fue publicada en varios diarios locales, dice así:

"Pour ses débuts à Nîmes, Diego Urdiales a montré dans ses deux combats une réelle conviction, réservant face à son deuxième adversaire surtout, de remarquables séquences avec la muleta, toréant avec lenteur et application."

Con ayuda del traductor de Google: Urdiales mostró una convicción real... secuencias notables con la muleta... toreó con lentitud y aplicación (eso debe ser la traducción al francés del temple!!)

Un saludo cordial.