domingo, 23 de septiembre de 2012

Feria de San Mateo 2012. Nada nuevo en el horizonte?


Para casi todo hay dos versiones, y en esto de los toros, resulta casi hasta una obviedad y por ello quiero escribir la mía afirmando que durante esta semana en el coso de la Ribera se ha seguido el guión con una corrida de Victorino interesante, una de Alcurrucén muy bien presentada e interesante, una de Cuvillo indecente, una concurso de "saldos", una brava de El Pilar y una de rejones.
Podemos decir también que Urdiales, quien se llevará unos cuantos premios,  ha causado sensación, ha convencido a los que tenían dudas y ha dado dos tardes llenas tanto de matices toreros tan largos y profundos como sus muletazos, como de esencia, esa que se guarda en frasco pequeño y que atesora el arnedano por litros.
Daniel Luque nos ha seguido demostrando que tiene orgullo, que no le gusta que le ganen la partida y que podría ser un firme candidato a muchas cosas si la irregularidad no formase parte de su bagaje taurino.
Juli, el torero inteligente, no se da cuenta de que se equivoca, de que apuntarse a torillos que efectivamente pueden matar, pero que son filfa de casta y presencia, no conduce más que al silencio, a la vulgaridad y al ostracismo.
Podemos decir que Talavante sigue siendo Talavante, pero menos, o más, según se mire, y sigue abusando de ese "acento" mejicano que quiere darle a su tauromaquia.
Hemos visto a un desdibujado Jiménez Fortes, no por su falta de valor, sino por su falta de estructura e ideas delante de toros que quieren parecerse a toros (démosle otros cien días como a los políticos).
Tuvimos en la plaza a un Perera que hace fácil lo difícil cuajando unos soberbios naturales que el tendido no supo ver y buscando periferias por la derecha, muy rítmicas y llenas de vibración eso si, ante uno de esos toros bravos que te dejan torear hasta que te aburres.
También pudimos ver a un Manzanares sin compromiso, dejando muy poco de sí en una estación que supongo que para él era de paso.
El Pirata Padilla, también estuvo en Logroño y logró el favor y el aplauso del respetable, en ese periplo triunfal que lleva en este primer año después de su vuelta del más allá.
Y vimos caballeros a caballo, el primero, Pablo Hermoso, que pese a no salir a hombros en ninguna de sus dos tardes, sigue siendo el que mejor controla eso de parar, templar y mandar. Gallito y Sergio Domínguez, nos enseñaron que cuando hay comunión entre equino y torero todo se hace más fácil sin serlo  y aquello trasciende a los tendidos de una manera muy especial. Cerró la feria Leonardo Hernández, quien cortó cuatro orejas que para mí eran tres y un rabo escandaloso que nunca debiera haber cortado.
Y como siempre hay dos versiones, habrá quien diga, que ese guión establecido, ese horizonte más que previsible, no fue tal y que me olvidé de nombrar a fulanito, que su torero estuvo mucho mejor de lo que yo creo y que barro mucho para casa..., pues a lo mejor sí, o a lo mejor me quedo corto. Es cuestión de opiniones, y de escribirlas cada cual a su antojo, nada más.

No hay comentarios: