domingo, 30 de septiembre de 2012

Zapato de Oro de Arnedo. Tercera de abono. Carriquiri: en Núñez.

Ayer tuvimos la primera puerta grande protagonizada por Tomás Campos en el Arnedo Arena, pero también presenciamos la primera vuelta al ruedo para un novillo colorado llamado Amoroso, quien se la ganó en su nombre y en el de sus hermanos del buen encierrdo de ayer con el que  D. Antonio Briones nos obsequió, porque obsequio puede llamarse a tener la oportunidad de ver una corrida de toros a precio de novillada: ejemplares serios, muy serios, bien hechos y cuajados hasta el punto de que no se si serían del agrado de los coletudos acostumbrados a matar, como corresponde a su estatus de novilleros, ejemplares con menos remate. En líneas generales me gustó el comportamiento del segundo, tercero y sobre todo el quinto y me llamó la atención como los novillos conservaron su encaste y fueron de menos a más, como ese segundo berrendo del que yo no confiaba en que aguantase la faena de muleta y vaya si la aguantó.
Respecto a los novilleros, Javier Jiménez sigue perteneciendo a esa "escuela" de la corrección, del buen oficio después de haber toreado mucho, pero nada más, aunque cierto es que le tocó el peor lote y que resolvió los problemas de los novillos con solvencia. Tomás Campos salió a hombros y para ser sincero no acabó de llenarme en su primero porque no fue capaz de rematar los muletazos por bajo, el trapo iba siempre de abajo arriba y esto es al revés. Podrá decirse que el novillo al final del viaje tenía esa tendencia, pero creo que para eso está el temple y el mando. En su segundo al que cortó otra oreja, comenzó la faena por el izquierdo y me dejó con las ganas ya que no existió la armonía que el novillo necesitaba, si bien ya con más de media faena realizada, se asentó y con la derecha ofreció el toreo de más compromiso y mejor ejecución. Mejor el novillo que el novillero, pero oreja justa. Alvaro Sanlúcar contó con un tercer novillo que fue, como la mayoría de sus hermanos, de menos a más, y sinceramente ejecuta un toreo que a mí no me interesa demasiado, sin ninguna apuesta y sin llegar a ponerse de verdad. Su segundo era un animal bronco y no humillador con el que tuvo pocas opciones, pero con el que también demostró pocas ideas.



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