martes, 30 de octubre de 2012

El bloguero tecnoemocional

 (esto estaba muy rico)

Ayer tuve la suerte de asistir en el restaurante Tondeluna, regentado por Francis Paniego (casi ná), a la ponencia de un gran cocinero: Pepe Rodríguez Rey. Antes de cenar, Pepe nos obsequió con un discurso nada habitual en los tiempos que corren: era anti muchas cosas, o si no anti, al menos pasaba de ellas, como pasaba de la nueva denominación que se le da a la cocina de vanguardia española: "tecnoemocional". Pero lo que si dejó claro es que era anti bloggers. Él, evidentemente hablaba de concina, donde también abundan los blogs y calificaba las ingerencias de aficionados en su mundo culinario, poco menos que de banales. 
Lo he repetido hasta la saciedad y ya lo dijo Jesulín: "esto es como el toro" y qué gran verdad es:
Por aquí andamos unos cientos de personas que tenemos un blog, que expresamos nuestras opiniones y que escribimos a nuestro antojo sobre aquello que se nos pasa por la cabeza. Pepe Rodríguez dice que para eso está la crítica profesional, la periodística y también dice que a él lo que pueda decir un blog se la trae al pairo porque no es una opinión experta, sino de un mero aficionado que lleva cuatro o cinco años comiendo por ahí y llevando su calificativo de bloguero colgado en el pecho para que así los cocineros le tengan, si no miedo, respeto.
Coincido con él en el fondo, es decir, no me siento legitimado para decirle a un torero cómo ha de coger la muleta, dónde ha de colocarse, o si se ha equivocado en un inicio de faena. Lo he escrito en ocasiones, lo reconozco, pero se de sobra, que lo que yo pueda decir no es sino una mera opinión personal de alguien que no ha estado ni estará entre fogones (o entre los cuernos de un toro); pero si creo que puedo disfrutar de mi afición, de mi pasión, no sólo desde un tendido en una plaza de toros, sino escribiendo lo que opino, y compartiendo esas opiniones, no por ego personal, al menos en mi caso, sino por satisfacción propia.
En el mundo, como en la botica, hay de todo. Habrá quien piense que su blog no es un blog, sino las escrituras apócrifas del toreo; habrá quien crea que tiene conocimientos suficientes para decirle a un torero dónde se tiene que colocar, quien intente hacer de una afición un medio de vida y habrá quien ejerza de periodista frustrado cada vez que escribe una entrada. Habrá de todo, bueno y malo, pero como en la cocina y por supuesto, como en el toro.

1 comentario:

Enrique Martín dijo...

Isidro:
Lo de los blogueros tiene la importancia que se le quiera dar, unos escribimos lo que nos parece, decimos lo que nos gusta y lo que no; pero si los aludidos, o no aludidos, se molestan, pues que nos enseñen ellos a nosotros. ¿No? Que muy en lo cierto no debemos estar, mira que gustarnos ese torero de La Rioja, ese que no torea con las figuras...
Un abrazo