sábado, 1 de junio de 2013

Vamos al lío



Queda una de San Isidro, la de Cuadri de esta tarde que todos esperamos con ganas de vivir emociones intensas, de ver buenas arrancadas y de admirar el poder del animal más bello de la creación.
El resumen de esta feria es trístemente fácil: demasiada falta de casta y pocas sorpresas entre los coletudos. Reforzados, muy reforzados salen de la isidrada Fandiño y Perera. Aguilar el día de los Adolfos me decepcionó un poco y por eso lo he sacado de la terna.
Pero ya se ocuparán otros de las alabanzas, de las valoraciones y de denostar todo lo denostable, que yo quiero hablar de lo que nos queda, esa prolongación de San Isidro que tiene un nombre cursi y sin demasiado sentido pero que cuenta con carteles muy interesantes sin excluir el de la Beneficencia porque además de Morante, viene un Castella que el otro día me encantó toreando al natural. También me apetece volver a ver a Ferrera pero no con lo del Montecillo precisamente y me apetece ver a Fandiño en la de Alcurrucén, con un aliciente especial, El Cid, uno de sus dos compañeros de terna, que se tendrá que poner las pilas ese día, si no quiere que el de Orduña lo borre del mapa, porque no dude nadie que si el vasco tiene que ir camino de la enfermería para triunfar, lo asumirá y arriesgará todo por conseguir esa puerta grande que Madrid le tiene reservada.
Otro día interesante: el de Baltasar Ibán, ganadería en la que tengo muchas esperanzas y no sólo yo, también Diego Urdiales, que está toreando maravillosamente bien últimamente y a quien Madrid no ha podido ver nunca en toda su dimensión por culpa de esos toros, por llamarlos de alguna manera, que le vienen tocando en suerte para estoquear. Si le sale uno y los tendidos están receptivos (porque esa es otra), aquello puede terminar en triunfo gordo como el de su último compromiso en Vic Fezensac, en el que toreó al natural a un toro de la Quinta, como muy pocos saben hacerlo (recomiendo el vídeo que podéis ver en la página del torero www.diegourdiales.com ).
Así que vamos al lío y a esperar acontecimientos y por Dios, que la gente que en Madrid se ha ganado puestos en otras ferias, se vea compensada como merece. Hay toreros que vienen empujando y que han de ser tenidos en cuenta con respeto por parte de las empresas.

1 comentario:

Enrique Martín dijo...

I. J. del Pino:
De toda la feria no tengo demasiadas cosas que resaltar y las más destacables han sido poder compartir varias tardes con el escultor, encontrarme al clan riojano y poco más, aunque espero a ese día de los de Ibán, que ójala sea la tarde.
Fandiño me gustaría verle ya con algo más de madurez y asentamiento del que basa su toreo no en lo tremendo y sí más en el saber estar, pero sin acomodarse, que es a lo que van casi todos. A Perera es que no le tengo en cuenta, como otros tantos, no me parecen otra cosa que pegapases, miembros de un grupo taurino que te clava el repertorio, pero sin que haya jamás un toro ni en los corrales, no vaya a ser que se equivoquen y se lo echen. Veo que salen, que se ponen ahí y a que pase el rato, haciéndoles cucamonas, pero sin torear, porque si torearan, igual el toro les explotaba en la cara. Pero ya sabes que esto son formas de verlo y después de tantos días, igual uno está un poco sesgado.
Un abrazo