sábado, 20 de junio de 2015

De Monosabio a Monosabio


Reconozco que cuando estos chicos el Ateneo Orson Welles, para mí y la gran mayoría de tuiteros y aficionados "la Orson", anunciaron la salida a la luz de su revista "El Monosabio", pensé tres cosas:
-Hace años que uso yo el nombrecito como título de mi blog, anda que no podían haber elegido al arenero o al capitalista...
-Quienes serán estos muchachos y muchachas que tienen el valor de sacar una revista, con la que cae.
-Y encima, ni peña ni club taurino, ateneo..., ahí es nada.
Pero evidentemente, uno que ya peina canas, aunque solo sea en la perilla, al ir descubriendo quienes son, por qué lo son y cómo lo son, abandonó los celos y cruzó a la acera del interés, para terminar en el canasto de la admiración hacia ellos.
Mientras escuchaba ayer a Eduardo, no en el programa de la tele donde el coloquio fue por otros derroteros muy interesantes y que por cierto aprovecho para aconsejaros que lo veáis, no dejaba de recordar mi primer contacto con el término "masón", esa palabra maldita, innombrable en tiempos, que describe un movimiento que nada tiene que ver con ese sentido peyorativo que le atribuyó el franquismo. La Orson no solo es un ateneo, para mí es una corriente de pensamiento, pero no un pensamiento político, ni siquiera social si me apuran, aunque  bien es cierto que íntimamente ligado a la sociedad aunque ello parezca un contrasentido. La Orson define y defiende un arte, cual es el taurino, a través de otras artes como la literatura, la música, la pintura y todas aquellas  que como tales, son capaces de engranarse para formar una máquina con una armonía perfecta.
El Monosabio, su revista, es todo un símbolo en sí, para mí un compendio de la masonería que antes he mencionado. Nada aparece porque sí, ni siquiera el formato o el tema elegido para su primer número y como bien dicen, no es una revista de toros, pero sí y esto lo digo yo, es una revista de cultura y si quieren, añadamos al final la coletilla de "taurina".
Desde aquí os invito y animo a seguir a la Orson y a participar de sus actividades porque creo que ellos representan lo que muchos de nosotros, aficionados aprendices, amantes de ese arte efímero precisamente por efímero, que tan bien describió Jose Bergamín, queremos extraer de la tauromaquia.

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