lunes, 26 de septiembre de 2016

Los despojos


 
Foto obtenida del Diario El Mundo.
 No tengo especialmente buena memoria, pero así a bote pronto y de lo que he visto esta temporada, recuerdo algunas faenas que me han calado hondo. No digo que sean las mejores, sino sólo que las recuerdo porque me han removido por dentro:

-La de los tres avisos a Morante el Domingo de Resurrección en Sevilla.
-Las dos orejas de Ureña en Sevilla con la de Victorino
-La oreja de Talavante en Madrid con ese Cuvillo cabrón
-Las dos orejas de Manzanares a su Victoriano en Madrid.
-La oreja de Tomás Campos en S. Vincent de Thyrosse a su primero de Valdellán
-Las dos orejas de Jiménez Fortes en la Picassiana de Málaga.
-El inicio de faena de Morante en Valladolid en el homenaje a Víctor Barrio.
-Las dos orejas de José Tomás a su segundo Cuvillo en Valladolid.
-La ovaciòn a Urdiales con su primer Fuente Ymbro en Logroño.

De entre estas, voy a tomar tres ejemplos no aleatorios:
-Morante y los tres avisos
-Las dos orejas de José Tomás en Valladolid
-La ovaciòn a Urdiales tras pinchazo y estocada en Logroño.

Cada aficionado, y en ello radica uno de los misterios de esto, asimila e interioriza el toreo de una determinada manera. Digamos que la esencia es la misma, pero el matiz es muy diferente. Lo clarifico con un sencillo ejemplo: no todo lo de Santa Coloma (por no hablar de Juan Pedro)  es igual aunque provenga del mismo tronco. 

Sin duda y con no poca razón habrá quien piense que  como aficionado soy discretísimo por el hecho de recordar como hitos de la temporada una faena de tres avisos, otra con una primera estocada que hizo guardia y otra que pasó un tanto desapercibida para gran parte del público. ¿Cómo es posible que este aficionado obvie el indulto de Cobradiezmos por parte de Escribano, o la obra de arte de Ponce en La Ribera y ensalce una faena con un espadazo que hizo guardia y otra que recibió tres recados por parte del Presidente?

Acepto y respeto esas dudas de quien esto opine al leer mis pensamientos. Comprendo que en una plaza de toros, como ha sido desde hace mucho tiempo (no tanto como algunos creen ya que la concesión de orejas nace con el llamado toreo moderno), se ha de valorar la actuación de los intervinientes, mediante los aplausos, los pitos y cómo no, mediante la concesión de esas orejas, que son tan necesarias sobre todo para quienes están empezando o toeran poco.

A mí y a unos cuantos raros como yo, la concesión o no de orejas, es algo que no nos intimida a la hora de juzgar una faena. De hecho y como estáis leyendo, recuerdo faenas sin orejas, con orejas, con orejas mal concedidas, e incluso excesivas, pero he vibrado con ellas, me he emocionado, he cantado los buenos  capotazos y muletazos y las grandes estocadas, como también vibro con un buen puyazo o una buena brega.

Que el Presidente acierta, pues perfecto, pero si no acierta, os aseguro que eso no va a influir en mi recuerdo ni en mi sentimiento. Para mí y como dice Curro, las orejas son despojos y sin pretender quitarles la trascendencia que tienen, os aseguro que no guían mis sensaciones. Pero vayamos un poquito más allá y veamos qué dicen los Reglamentos Taurinos en cuanto a su concesión, centrándonos en el de Andalucía (en esto son iguales)  a la vista de la polvareda que se montó ayer por la no concesión de la segunda oreja a Manzanares tras un pinchazo y una estocada que no he visto, pero que según leo, estaba un pelín desprendida:

Artículo 59. Los premios y trofeos.

c) La segunda oreja de una misma res y, excepcionalmente, la concesión del rabo de ésta, quedará al criterio del Presidente o Presidenta del espectáculo, que deberá tener en cuenta, a tal fin, la petición mayoritaria del público de igual forma que en el subapartado anterior, las condiciones de la res, la buena dirección de la lidia en todos sus tercios, la faena realizada tanto con el capote como con la muleta y, fundamentalmente, la estocada.

¿Que lo de Manzanares fue una obra de arte?no lo he visto todavía y aunque no lo dudo puedo afirmar que el Presidente cumplió el Reglamento. ¿Que Ponce en la Ribera mereció dos en la faena a su segundo?, pues nuevamente el Presidente, a cuyo criterio como aficionado queda tal concesión, le dio una.

¿Y qué?, ¿acaso estas figuras del toreo necesitan mayor reconocimiento que la memoria de los aficionados?, ¿no lo cuentan con todo tipo de detalle determinados periodistas?, ¿no es sufciente?, ¿les va en ello la temporada que viene?

Y aún después de tanta pregunta, yo le haría una más al propio matador: ¿Con qué te quedas, con mi reconocimiento como aficionado por hacerme sentir algo muy difícil de explicar, o con dos despojos?


Pues ya saben, elijan ustedes también lo que prefieran.

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