sábado, 25 de septiembre de 2010

Orejas

No me importa en absoluto que el público se divierta, cante, baile, jalee, y pida tres orejas en cada toro. Al contrario, la fiesta está en un momento como para que esas cosas pasen mucho más amenudo de lo que por desgracia pasan. La gente me decía a la salida de la plaza: hoy bieeen ehhhh. Pues sí, hubo orejas, pero bien bien, lo que se dice bien, pues el día de la corrida del Pilar, oiga.
Ayer hubo un desigual encierro de Victoriano del Río, muy justito de presentación, a excepción del sexto. Me da igual que el toro sea chico, de verdad, pero es  imprescindible que tenga importancia.
Labor artística: para mi no demasiada, pero si diré que Ponce, que no me gusta un pimiento, ayer me pareció un torero honrado y profesional en su segundo y fue injusta la pitada de una panda de ignorantes que confundieron un trasteo por bajo inicial (y necesario para un toro muy difícil), con la antesala del espadazo final. Juli tiene una gran técnica, comprende a los toros, mide los tiempos,  los terrenos y se los acaba ganando a ley. Mi pero, el de muchos: quiero verlo con toros más importantes. Rubén Pinar tiene mucho que aprender y si quiere parecerse al Juli, como daba ayer la impresiòn, tendrá que torear (no me refiero a matar toros) mucho más. Por cierto, a su primero le endilgó la mejor estocada que he visto en todo el año.
Presidencia:  bien, pero yo no hubiera permitido el simulacro de puyazos al quinto. (Difícil equilibrio entre cargarse a un toro, o dejar que lo luzca el torero)
Público: no se puede aplaudir una suerte de no varas que no existe. Es mejor callar y esconder la vergüenza.

1 comentario:

En Barrera dijo...

A mi tampoco me importa que la gente se divierta en los toros, pero lo de regalar orejas es otra cosa.
Muy interesantes los post de la Feria de San Mateo.

Un saludo.