domingo, 26 de mayo de 2013

¡Que viene Fandiño!


Abran paso figuras!, abran paso que llega como una tuneladora, constante, implacable, despaciosa, pero con la seguridad de que verá la luz del otro lado. Fandiño se puso en modo "on" hace ya unos años y con paso lento porque hay demasiadas piedras que perforar en la montaña, poco a poco, va llegando al final de la travesía. Es observado con temor por muchos, por los que apoltronados en la comodidad ven en el torero vasco a un enemigo que les va a hacer arrimarse como perros cada tarde si no quieren salir de las plazas acompañados de música de viento y observando como la sombra de Iván se alarga y se forja una sólida leyenda.
El otro día triunfó en Madrid, no porque cortase una oreja después de llevarse un cornadón, no por torear bonito, sino por pisar como pisan los hombres, por no mover las zapatillas, por tener un corazón de acero, por soportar mil y una tarascadas, por saber mover la muleta y por tener dos cojones.
En el último año su toreo se ha templado, ya tiene más poso y va ganando enteros la calidad del trazo de sus muletazos. Todavía le falta mucho para alcanzar ese nivel estético que acompañado del testicular, hace que uno salte de su localidad, pero lo conseguirá, vaya si lo conseguirá y si es preciso, visitará nuevamente la enfermería de las Ventas hasta que Madrid lo saque a hombros.
Vestirse de luces cada tarde pensando en crecer como torero, un difícil reto al alcance de unos pocos, entre ellos, él.

domingo, 19 de mayo de 2013

Quien eres, matador?

Vic Fezensac es un pequeño pueblo de unos 3.500 habitantes, está rodeado de campos de vid y granjas de ocas. Supongo que esa región gascona de la que Vic forma parte y de la que un día Alejandro Dumas hizo partir al valiente pero "rudimentario" D'artagnan hacia la corte parisina, será una de las zonas más rurales de Francia. Sus gentes son alegres y afables y a la llegada, el viajero tiene la sensación de ser bienvenido y más si el motivo del desplazamiento es la comunión de dos aficiones que  viven la tauromaquia de modos bien diferentes pero a las que les une la misma pasión por el toro bravo.
El viaje desde La Rioja es largo, si bien y dependiendo del acompañante que uno lleve, no se hace pesado y menos si sabes que a la llegada te vas a encontrar con tu gente del toro y vas a disfrutar de un buen dia en su compañía.
Llegamos a Manciet a eso de las 12,30. Allí, en Chez Pepito, también denominada La bonne auberge, se aloja, alejado del bullicio, Diego Urdiales. Nos lo encontramos  vestido con el chándal de su equipo, la Real y toreando de salón en plena calle mientras mira con desànimo las copas de los árboles y las burbujas que va dibujando la lluvia en los charcos.
Hay que hacer alguna foto después de darnos una abrazo no vaya a ser que la corrida no se celebre y qué mejor momento que cuando tiene los trastos en la mano y no le molestamos demasiado en su concentración previa al gran, porque los toros son unos tíos, compromiso de esta tarde.
-Ponte aquí, torea con el capote, siéntate allí.
Diego posa paciente cuando en pleno reportaje sale de la coqueta "maison" una anciana que interpreta que es la protagonista de nuestra sesión de fotos y comienza a posar. Divertidos, la dejamos hacer y acaba sentàndose  junto a Urdiales e intrigada le pregunta en un amable francés: Quien eres, matador?.
Diego la mira sin comprender lo que la mujer le pregunta y una vez que le traduzco, le contesta escuetamente:
- Diego Urdiales, señora.
Mientras guardo la càmara de fotos para protegerla de la lluvia pienso que me gustaría haber sido yo quien contestase a esa pregunta, tal vez porque además de considerarlo un amigo, lo admiro como torero y como persona, o tal vez porque ahora, a toro pasado, podría decirle a la anciana que Urdiales bien pudiera ser el quinto mosquetero.
Ayer debieron torear Castaño y Urdiales en les arènes de Vic, pero la climatología, un temporal de vientos y lluvias, pospuso la corrida para mañana lunes.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El Cid: el mando sin temple & Luque: el temple sin mando.

Casi corta una oreja López Simón por aquello de la heroica y de los bemoles que le echó al asunto después de ser atropellado por un autobús de sesenta pasajeros.
Luque sigue sin definirse. Ese toreo templado pero sin obligar al toro que ha exhibido en sus últimos compromisos le pasó ayer factura en Madrid. El primero que le tocó en suerte no era fácil, cierto, pero no era fácil porque sus pocas ganas de embestir eran violentas aunque transmitían. Qué pasó?, pasó que el animal iba en la muleta a su aire, sin ser obligado por bajo, con lo cual su cara suelta campaba a sus anchas y aún le quedaban ganas para reponer, descolocando y sorprendiendo al torero una y otra vez.
Llegó el segundo (el primero me lo salto) del Cid, para mi gusto bastante parecido al de Luque, y el de Salteras, acostumbrado a torear toros que reponen y que son inciertos en el embroque, le dio la medicina apropiada, bajó la mano pasase lo que pasase, y acertó. Pero... y ahora vienen los peros..., si bien entendió al toro, estuvo inseguro, desconfiadísimo y con demasiado juego de piernas. No hubo firmeza y no supo o no pudo torearlo. Aquello pasaba por allí a ochenta por hora, y el toreo es temple y despaciosidad, cosa que no existió a pesar de que alguien quiera ver unos naturales consistentes. 
Después comenzó a llover y las muletas y capotes pesaban un quintal. Tal vez el mansazo de López Simón tenía faena allá donde se la propuso en su día Talavante, pero la verdad es que no lo se.

martes, 14 de mayo de 2013

Las banderillas de Fandila

Me supo a poco Galván después de que perdiera la muleta a la hora del pase de pecho porque  aquello pintaba bien, pero creo que por su bisoñez no fue capaz de enseñar al toro lo bueno que tenía como toro y en cambio agudizó sus defectos (por cierto, alguien le tiene que enseñar como se matan). Inicio torero de Curro Díaz y se acabó lo que se daba.
Después de mi microresumen de lo de ayer, quiero reflexionar sobre el Fandi, un torero de muchísimas ferias menores, que encandila a los públicos por sus carreras de frente y de espaldas a los toros, por sus banderillas al violín y por un capote que no es malo.
Ayer en Madrid, puso las banderillas como las pone siempre y en su segundo, cuando quiso (y lo hizo) poner un cuarto par hubo un sector que le mandó un recadito en forma de pitos.
Si tenemos en cuenta que Madrid es el espejo donde se miran todas las ferias y donde el gran público ve en la tele a ese torero que un par de meses más tarde actuará en su pueblo, corremos peligro de que ese público se quede sin iconos de esos que a lo mejor no torean como nosotros queremos pero sí ofrecen un espectáculo que lleva a gente a la plaza. Cuantas veces escuchamos en los tendidos: "venga fulanito, como en la tele!" haciendo alusión a su faena en los Isidros o a los detalles que tuvo en un día determinado.
No estoy diciendo que el público soberano y los aficionados de Madrid no deban de pitar lo que no les gusta o les cansa (a mí las banderillas del Fandi sinceramente me cansan), pero si creo que esos pitos en banderillas terminarán por contagiarse en las ferias menores y pudiera ser que el torero deje de ser interesante para las mismas.
En los pueblecitos y no tan pueblecitos, siempre ha sido un aliciente ver a un torero que pone palitroques y así debe seguir siendo porque no olvidemos que son esos cientos de festejos menores los que sujetan este tinglado, por tanto y como conclusión...: amigo Fandila, o le das una vuelta de tuerca a tus actuaciones en banderillas, o a lo mejor se buscan a otro.

lunes, 13 de mayo de 2013

Riojanos que torean en La Rioja

Ayer Santo Domingo de la Calzada celebró un festival a fin de recaudar fondos para su plaza de toros. No me importó verme la de Escolar en diferido porque la verdad es que disfruté un montón tanto a la hora de la comida (No sabéis lo bien que se come y se bebe en Bodegas la Emperatriz), como a la hora del festival.
Tres riojanos toreando: El Víctor de plata, Sergio Domínguez a caballo y Urdiales.
Se lidiaron cuatro novillos de Miranda de Pericalvo y junto a Sergio y a Diego, actuó Iván Fandiño y el novillero Raul Rivera.
El personal se divirtió que es lo que importa en estos casos y esperemos que cunda el ejemplo y la idea, aunque se es consciente de lo mucho que cuesta organizar algo hoy en día, y más con un motivo tan altruista como el del Club Taurino Calceatense, cual es mejorar una plaza de toros de un pequeño pueblo de la Rioja.
Os dejo unas fotillos:









viernes, 10 de mayo de 2013

Solitude



Así me dijo que se llamaba una preciosa muchacha en uno de mis viajes a la Bretaña francesa hace ya unas cuantas primaveras: Solitude. Significa soledad, esa soledad que ayer estoy seguro que sentía Urdiales en el ruedo, ante una nueva mansada, una más, que le tocó en suerte en el coso venteño y de entre la mansada, también hay que decirlo porque la cosa "ya huele",  los dos peores.
Quienes lo vemos desde el tendido sufrimos porque obviamente siempre quieres lo mejor para un amigo, pero a pesar de ello y de la mucha energía positiva que le enviamos, Diego está ahí abajo solo  tragándose en la única compañía de sus pensamientos, esos sapos y culebras que se le tienen que amontonar en el cerebro mientras ve como se le va otra tarde por no tener la más mínima opción. Tiene que ser duro, muy duro.
Habrá quien le exija más actitud, más determinación o más aplomo  y lo entiendo, de verdad que lo entiendo, pero llegados a este punto, mi respuesta es "y qué?", que cambia?, el resultado de la corrida?, en absoluto. Ayer hubo lo que hubo en Madrid y se vio lo que se vio porque faltaron toros para un torero y de todos es sabido que esta dicotomía, sin uno de los dos actuantes, no funciona aunque el torero se deje el alma en el ruedo.
Confío en Urdiales, y me gustaría que Madrid siga respetando y esperando a este torero. Lo crean o no, él y nosotros, sus amigos, estamos convencidos de que algún día, llegará.